Si queremos crear una página web, un sistema de almacenamiento en la nube, un VPN, un lector de RSS o cualquier otro servicio al que se pueda acceder desde internet, lo primero que necesitamos es un servidor, un dispositivo o un equipo que aloje nuestros datos y procese la información. Hay diversas formas de montar un servidor: podemos usar nuestra propia computadora, un NAS, una Raspberry Pi e incluso alquilar un servidor compartido (VPS) o dedicado en alguna de las muchas empresas de hosting que encontramos en línea.
Cuando buscamos el tipo de servidor que mejor se adapte a nuestras necesidades, es importante considerar varios factores, como para qué lo vamos a utilizar, qué potencia se requiere, qué tipo de servicio se va a utilizar y qué tipo de datos se van a manejar por cuestiones de privacidad.
Principal Ventaja
La principal ventaja de alquilar un servidor compartido o dedicado para nuestras tareas es que no tenemos que preocuparnos por mucho más que registrarnos, elegir el hardware y software que necesitamos, pagar la cuota y en pocos segundos estar funcionando. Estos servidores cuentan con procesos tan automatizados que nos permiten ponerlos en marcha en segundos, ajustando nuestras necesidades de hardware para pagar solo lo justo. Si en el futuro necesitamos más procesador, memoria o almacenamiento, podemos escalar el servidor muy fácilmente con unos pocos clics.
Los servidores alquilados suelen estar equipados con lo último en hardware para ofrecer el mejor rendimiento y la mayor fiabilidad posible. Además, cuentan con conexiones de alta velocidad y un ancho de banda amplio, así como una seguridad de disponibilidad superior al 99.9%.
El costo del alquiler es fijo, es decir, si se rompe una pieza de hardware, consumimos demasiada energía o aparece un gasto imprevisto, nosotros no pagaremos más que nuestra cuota mensual correspondiente.
La seguridad del servidor depende de la compañía de hosting, ya que ellos suelen ser los encargados de instalar los parches de seguridad y configurar las medidas de seguridad de la red, de modo que nosotros no tengamos que preocuparnos por esto.
Inconvenientes de alquilar un servidor
Cuando alquilamos un servidor, el hardware nunca será nuestro, es decir, tendremos que pagar una cuota mensual en función del hardware y las prestaciones que queramos, por lo que nunca terminaremos de pagar y nunca podremos decir que tenemos el hardware en propiedad.
Además, desde el momento en que nuestros datos salen de nuestro propio ordenador, perdemos la propiedad sobre ellos. Si alquilamos un servidor, como puede ser el caso de Google Cloud, los datos se guardan en sus propios servidores, y no solo eso, sino que Google se apropia de ellos y se reserva el derecho a reproducirlos o modificarlos, según los términos de licencia de la compañía.
Ventajas e inconvenientes de montar un servidor propio
En la situación actual, con los temas de privacidad cada vez más importantes, uno de los factores más relevantes al montar nuestro propio servidor es que nuestros datos estarán siempre bajo nuestro control, a diferencia de si optamos por una nube, donde los datos pasan a ser propiedad de la compañía de hosting.
Además de que los datos estarán bajo nuestro control, lo mismo ocurre con las copias de seguridad. Podemos programar las copias de seguridad que queramos y guardarlas donde deseemos, manteniendo siempre los datos seguros y protegidos.
Podemos montar nuestro propio servidor en un NAS, si lo tenemos en casa, e incluso en una Raspberry Pi 3 Modelo B+, una forma económica de tener un pequeño servidor doméstico. Aunque los servidores propios requieren una inversión inicial algo elevada, después no implican el pago de ninguna cuota ni suscripción. Además, nos permiten elegir el software que queramos utilizar en el servidor, como Nginx vs Apache, Nextcloud vs FTP, etc.
Inconvenientes de los servidores propios
Sin embargo, montar nuestro propio servidor doméstico no siempre es ventajoso. Si el servidor va a ser pequeño y va a tener una carga de trabajo y tráfico bajos, no habrá problema. Pero si se trata de un servidor para manejar grandes cantidades de datos, la cosa se complica. Necesitaremos una inversión importante en hardware y el consumo de energía y ancho de banda aumentará significativamente.
Además, si hay un fallo en el servidor, es posible que perdamos todos los datos e información si no hacemos copias de seguridad periódicas y las guardamos correctamente en un dispositivo de almacenamiento externo al propio servidor.
Los servidores propios son mucho más complicados de escalar. Si necesitamos más potencia en el futuro, es probable que tengamos que realizar una nueva inversión en hardware.
La seguridad de este tipo de servidores depende directamente de nosotros. Somos nosotros quienes debemos instalar las actualizaciones de software, utilizar un sistema operativo con soporte y configurar las medidas de seguridad de nuestra red para evitar accesos no autorizados.
Entonces ¿debo montar un servidor privado o alquilar una nube?
Dependiendo del propósito del servidor, puede ser mejor montar uno propio o alquilarlo a una compañía de hosting.
Por ejemplo, si queremos montar un servidor para uso personal, como alojar copias de seguridad, acceder a nuestros datos desde cualquier lugar, tener un VPN seguro o un servidor multimedia con películas, series, música y fotos, lo mejor es optar por un servidor propio, como un NAS o una Raspberry Pi, ya que estos equipos son económicos, no tienen restricciones de espacio y son suficientemente potentes para brindar servicio a un único usuario.
Si necesitamos un servidor sobre el cual tener control absoluto, como para alojar un servidor de juego, la mejor opción es montar uno propio, ya que si alquilamos un VPS o un servidor dedicado, no tendremos control absoluto sobre el sistema y podríamos tener problemas.
Por otro lado, si queremos crear un servicio abierto al público con una gran base de datos y un gran número de usuarios diarios, la mejor opción es alquilar un servidor, ya que nos ahorrará la inversión inicial y, si en el futuro necesitamos más capacidad, podremos escalar fácilmente.
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